La verdadera discapacidad no es visible a los ojos. Así como los políticos deben ver personas y no cifras, lo mismo ocurre con el tema de las personas con capacidades diferentes, podemos cometer el grave error de ver solo sus necesidades pero no verlas a ellas. Por ejemplo, cuando le llaman a alguien “el paralìtico” o “el autista” llegando a olvidar que la discapacidad es una característica pero no es la persona en si misma.
Como terapeuta e investigadora del comportamiento humano he tenido la oportunidad de brindar apoyo emocional y psicológico a personas con alguna discapacidad, ahí me he dado cuenta de que yo también llevo una discapacidad en mi persona, todos tenemos dentro una discapacidad que no reconocemos porque no nos damos cuenta que la discapacidad es una cuestión de actitud. No es lo mismo tener un impedimento físico que una indisposición o desafàn. Muchas personas con una discapacidad son mas determinadas, disciplinadas y positivas hacia el logro que cualquiera de nosotros y cuando trabajo con ellos me doy cuenta que soy muy afortunada de encontrarnos en mi camino porque en nuestra pequeñès de pensamiento llegamos a creer que tenemos más que el otro y hasta llegamos a compadecerlos por su debilidad aunque la verdadera discapacidad no es esa, sino que es el tener una postura indiferente, borrosa y tibia ante los retos de la vida.
Por cierto, la discapacidad definida como “restricción funcional, o pèrdida de la funcionalidad necesaria para llevar a cabo una actividad en un modo que se considere normal” ha pasado a la cajita de los conceptos obsoletos. La raza humana se refuerza resiliente y supera la adversidad de maneras insospechadas logrando hacer lo que muchos creían imposible, logrando recuperar su autonomía y su independencia para funcionar y no solo recuperarse sino mejorarse a sí mismos.
Hoy se habla de personas con capacidades diferentes porque hemos logrado avanzar un poco más en el entender que no existe eso llamado “normal” o “anormal” pues sabemos que la misma cosa se puede hacer de manera diferente. El apoyo de un ser humano a otro, puede hacer que alguien afectado de una grave parálisis cerebral logre caminar, o que una persona con con un postrauma logre la recuperación. Ciertamente estas personas necesitan ayuda pero ¿quièn de nosotros es absolutamente independiente y autónomo?¿ acaso no necesitamos la ayuda de otros todos los días.
La verdadera discapacidad esta en la actitud de aquellas personas que no entienden que las personas con capacidades diferentes solo necesitan más apoyo que otros y debemos cultivar en nuetros hijos, alumnos y al interior de nuestras familias que el ser humano es capaz de renacer incluso si carece de un sentido importante como caminar, oír, ver. A veces se asume que las personas “handicapped” son personas desafortunadas e infelices, de hecho es usual escuchar a personas decir que preferirían estar muertos que discapacitados. Por ignorancia se asocia la discapacidad con desgracia, con dependencia y fracaso. Muchos se imaginan cuan miserable serìan de vivir asì pero investigaciones demuestran que una persona con características diferentes tiene una mejor calidad de vida que aquella que tiene todas sus capacidades físicas y mentales en orden, esa es la famosa paradoja de la discapacidad. Esa mejoría se debe en muchos casos a esa capacidad de adaptación maravillosa que tenemos todas las personas,( aunque algunas decidan resistirse a ella) y que resulta ser una motivación ante una situación de enfermedad o de pèrdida pues aunque se llega a deprimir e incluso a desear morir, esa capacidad adaptativa que siginifica “encontrar otra forma de hacer algo” permite la aceptación de las circunstancias y la mente empieza a reevaluar la situaciòn para sacar el mejor provecho de ella hasta lograr lo increíble. Las personas que nacen con una discapacidad no tienen con què comparar su existencia actual y se determinan a ser felices con lo que van expandiendo su creatividad. Por ejemplo, una persona con cuadriplejia puede conducir en vez de caminar, decide que conducir es hoy una opción en vez de lamentarse el no poder caminar. Decidamos entonces adaptarnos para encontrar las pequeñas cosas que pueden lograr y obtener felicidad de sus relaciones de familia, amigos incluso ausencia de otros triunfos.
Todas las personas que me consultan tienen algo en común conmigo, y es la certeza de que siempre podemos estar mejor. Cada uno de ellos ha dejado una profunda huella en mi pero las personas que desean superar una dificultad emocional o una discapacidad llegan al corazón por la vìa rápida al demostrarnos su capacidad de resiliencia.