Dra. Miroslava Ramírez Sánchez

Qué tan cierto será aquello de que “los hombres infieles nunca cambian, solo descansan…”. La infidelidad en la pareja es uno de los motivos de consulta más comunes en las parejas que me visitan. En los últimos años es cada vez más frecuente que un amorío extramarital ponga fin a una relación o que generen conflictos de consecuencias dramáticas. Quienes han decidido vivir en monogamia asumen la fidelidad como un contrato, pero la fidelidad tiene al mismo tiempo una contraposición: el engaño. Por la misma razón que existe el engaño se producen los celos, que es una emoción dirigida a alejar a los intrusos y marcar territorio ejerciendo vigilancia sobre las hembras.

Pero ¿por qué los hombres son infieles? Más allá de los prejuicios existen razones neurocientíficas interesantes para comprender (sin justificar) esta temible decisión y que nos pueden servir de aliadas para tomar mejores decisiones ante una situación dada. Las influencias culturales y sociales hacen al varón susceptible, por ejemplo cuando los amigos ejercen presión al decir: “Ven que te voy a presentar unas nenas, o qué ¿Te regañan?”. Muchas veces la infidelidad en el varón no es considerada grave a nivel moral y hasta pareciera que existe cierta tolerancia en la sociedad de que así sea: “todo los hombres son infieles”. O la madre que dice “mientras no te falte nada, no te preocupes si el otro anda de picaflor” como si bastara con ser un buen proveedor. 

El varón llega a violar el derecho de exclusividad por causas internas a veces de tipo inconsciente, como cuando su potencia sexual empieza a disminuir y busca con un amorío estimularse para demostrar que aún puede y  que es muy macho. Cuando el varón siente que ya no es admirado por su mujer entonces puede buscar una mujer inferior que lo halague y lo admire, ya sea comprando sexo o buscando elevar su ego con una nueva relación. Cuando la relación entre la pareja va tomando tintes de competencia profesional o económica porque ella gane más que él por ejemplo, él puede luchar por reposicionarse en el poder, y para evitar sentirse acomplejado por el éxito de su mujer busca una relación que lo distraiga de esa sensación de inferioridad. 

En otros casos la inmadurez del varón lo lleva a creer que es divertido jugar al “no me cachará” o pensar que “si no le falta nada a mi mujer, no tiene por qué reclamar”. Otros tantos casos de infidelidad tienen su origen en el temor al compromiso que surge en el hombre aún siendo casados porque tiene la idea de que estar casados es estar atrapado y desea liberarse de esa sensación imaginaria. La necesidad de darse satisfacción en algunos varones provoca que se animen a ser infieles para lograr integrar todas las características que les gustan de cada mujer y que no pueden tener en una sola, por ejemplo una esposa dulce, cuidadosa de los hijos, buena ama de casa, pero en la otra encuentra la sensualidad, el sentido del humor, la belleza física que no tiene son su mujer. El hombre tiene una manera más “alivianada” de enfrentar los conflictos, tolera menos las peleas prolongadas, los reclamos, los gritos y se hartan fácilmente de estos escenarios generados cuando la mujer confronta, por lo que pueden buscar evadirlos a través de una relación extramarital. 

Las mujeres suelen culparse ante la infidelidad de su marido muchas veces y se cuestionan qué hicieron mal, empiezan a compararse físicamente y hasta deprimirse al sentir que no hicieron lo suficiente como para retenerlo. Siempre les digo a mis pacientes que no se trata de cuidar a un marido sino de cuidar la relación. Te comparto aquí, desde las neurociencias, algunos tips para identificar si un varón puede ser más propenso a ser infiel.

  • Es preciso tomar en cuenta que un hombre centrado siempre en sí mismo y autoadulador no suele establecer empatía, lo cual lo hace más propenso a ver a la mujer como un objeto que pueden utilizar.
  • Hombres con grandes influjos de testosterona y con un bajo control ejecutivo aumentan el líbido, lo cual los hace buscar más parejas sexuales, tomar más riesgos y ser más desinhibidos.
  • La altos niveles de testosterona inhiben la vasopresina que es la hormona del apego, la bloquea y los hace menos apegados a su pareja.
  • Si un hombre siente que ya no es tu prioridad, que no lo necesitas o que ya hay una relación más familiar que pasional.
  • Algunas características de hombres con tendencia a ser infieles: mandíbula pronunciada, abundante pelo corporal, historia de padres infieles, no establecen vínculos estrechos o perdurables con la familia, no les gustan los animales ni los niños.

La infidelidad deja rastros en los celulares, en los emails, en las cuentas bancarias pero principalmente en la historia generacional de una familia, también en las excusas que hay que inventar pero que poco a poco caen por su propio peso. El infiel siempre acaba siendo descubierto y no siempre corre con la suerte de una reconciliación.

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