Muchas parejas de joven relación y hasta de muchos años juntos llegan a vivir momentos de fuertes dificultades:
infidelidad amorosa, infidelidad financiera, hartazgo, querer tener el control del otro, apatía, lejanía física y sexual, alcoholismo, agresiones físicas, degradaciones psicológicas, querer llevar una vida de solter@, desconfianza,etc., eso va poco a poco fragilizando su relación y llevándola al precipicio.Pareciera que con la separación el problema terminó pero en la mayoría de los casos,éste apenas comienza. Las parejas me solicitan ayuda para sacar adelante su casi hundida relación y empiezan a descubrir que en efecto hay otras varias maneras de vivir fuera del conflicto, Incluso cuando ya no hay recursos personales para seguir juntos es inminente la separación pero no para continuar haciéndose la vida imposible uno al otro sino para relacionarse civilizadamente y rescatar la paz. Ha llegado la hora de sustituir el “su matrimonio se ha roto, busque una nueva pareja” por otro mas sano: “su matrimonio se ha roto, arréglelo”.